A los 89 años murió Agustín Edwards Eastman, Presidente de El Mercurio
Conocida la noticia de su deceso, y por disposición de su familia, sus funerales serán privados.
En la mañana de ayer falleció, a los 89 años de edad, el empresario Agustín Edwards Eastman, presidente de la Empresa El Mercurio SAP, que además del diario del mismo nombre controla La Segunda y Las Últimas Noticias.
Según consigna El Mercurio, en los últimos meses del año pasado, luego de un viaje a Roma, anticipó una intervención quirúrgica que tuvo lugar en Nueva York, la que resultó inicialmente exitosa. En los días siguientes, sin embargo, sufrió complicaciones severas que comprometieron su recuperación. Fue trasladado a Chile, donde hasta ayer permaneció al cuidado de su familia.
Conocida la noticia de su deceso, ella impactó profundamente en los colaboradores de “El Mercurio” y de las diversas actividades e instituciones en que volcó su espíritu de servicio. Por disposición de su familia, sus funerales serán privados.
Nacido en París, Francia, Edwards se desempeñó como reportero en el International Herald Tribune de ese país y para The Times, en Londres. Luego se incorporó a la empresa periodística familiar, donde asumió como presidente en 1958.
Agustín Edwards Eastman era el cuarto Agustín Edwards a cargo de El Mercurio.
El Mercurio de Valparaiso, fundado por su taratabuelo, es el periódico de habla hispana más antiguo del mundo.
Edwards Eastman nació en 1927, en París, cuando durante la dictadura del general Carlos Ibáñez del Campo su familia se exilió en la capital francesa.
El ahora fallecido director de El Mercurio nació como heredero de una de las más grandes fortunas del país, que sus antepasados construyeron y consolidaron en el siglo XIX.
Su llegada a Chile ocurrió cuando tenía 13 años. Estudió en el colegio The Grange y -tras un semestre de estudiar Derecho en la Universidad de Chile- completó sus estudios en la prestigiosa universidad de Princeton, en Estados Unidos. Ahí conoció e hizo amistad con miembros de la elite de Estados Unidos que después ocuparían importantes cargos políticos y empresariales.
A mediados de los años 50, tras la muerte de su abuelo y de su padre, asumió los negocios familiares. Además de la cadena El Mercurio, incluía un gran conglomerado de empresas, como el Banco Edwards, la Compañía de Cervecerías Unidas y muchas otras compañías.
Tal como sus antepasados, Edwards tuvo estrechas relaciones con políticos.
Su etapa a cargo de El Mercurio, que heredó y deja como el diario más influyente de Chile, coincidió con el período de la Guerra Fría.
En 1958, apoyó decididamente la candidatura de Jorge Alessandri, muy vinculado a su familia.
En 1964, su diario se alineó con Eduardo Frei contra la candidatura de Salvador Allende.
En 1970, dejó Chile con su familia al día siguiente de la victoria de Salvador Allende y se instaló en Estados Unidos.
A su llegada a Washington, según documentos del gobierno norteamericano, se reunió con el entonces Secretario de Estado, Henry Kissinger, a quien le manifestó sus críticas a la Unidad Popular.
Documentos del gobierno norteamericano afirman que la cadena El Mercurio recibió apoyo financiero de Washington en su oposición al gobierno de Allende.
Después del golpe militar de 1973, volvió al país. El diario sería blanco de críticas por parte de los opositores a la dictadura de Pinochet, sobre todo por la cobertura de los casos relacionados con Derechos Humanos.
La crisis económica de mediados de los 80’ le costó la pérdida de una parte importante de su fortuna. Pero El Mercurio siguió consolidado como el principal y más influyente diario del país.
En 1992, dos años después del inicio de la transición democrática, sufrió un fuerte golpe personal: el secuestro de su hijo Cristián por parte del grupo violentista Frente Patriótico Manuel Rodríguez, que lo mantuvo rehén desde septiembre hasta febrero de ese año.
El crimen lo llevó a crear la Fundación Paz Ciudadana, una organización transversal para buscar soluciones a los problemas de seguridad ciudadana.
Pese a su gran influencia, Agustín Edwards siempre cultivó el bajo perfil, con escasas apariciones públicas. Un estilo que mantuvo hasta su muerte.