FICValdivia anuncia nuevos títulos en competencia para su edición 2021
La 28º edición del certamen se llevará a cabo entre el 11 y el 17 de octubre y contará con 15 obras seleccionadas en su Competencia de Largometraje.
Los huesos, el filme de animación de Cristóbal León y Joaquín Cociña, y Alicia soñó con un faro, de José Luis Torres Leiva, son los dos cortometrajes que inaugurarán el 28° FICValdivia. En ambos casos, se trata de los filmes más recientes de directores chilenos que han formado parte recurrente de la programación de anteriores festivales, León y Cociña con La casa Lobo en el FICValdivia 25° y Torres Leiva con Vendrá la muerte y tendrá tus ojos, en el FICValdivia 26°, respectivamente.
Los huesos es una fabulación histórica hecha en stop motion y que tiene como protagonista a Constanza Nordenflycht, amante de Diego Portales, quien en una ceremonia desentierra los restos de su pareja y de Jaime Guzmán, ambas figuras asociadas a los idearios de la dictadura de Pinochet. Ese contexto, que la película vincula con referencias a los primeros experimentos centroeuropeos de la animación (Vladislav Starévich es una referencia explícita), le sirve a León y Cociña para aludir a la contingencia chilena post estallido.
Alicia soñó con un faro, en tanto, toma como referencia Cuaderno de faros -volumen que la joven escritora mexicana Jazmina Barrera publicó hace un par de años-, y es parte del proyecto para el nuevo largo que José Luis Torres Leiva está preparando en la actualidad. El cortometraje describe el proceso creativo y las imágenes que acuden a una escritora (Amparo Noguera) mientras reflexiona sobre la figura de los faros como guías insulares y como fuente de apoyo y anclaje existencial.
Para la Clausura, el foco está puesto en trabajos breves de realizadoras latinoamericanas. La ecuatoriana Alexandra Cuesta presentó en el FICValdivia 27° su corto experimental Notas, encantaciones: Parte I en el foco Latinas a la Vanguardia. Este año estrenará Notas, encantaciones: Parte II, Carmela, que sigue la línea de registro de pequeñas imágenes, lugares, espacios y movimientos tenues de su primera entrega, y que esta vez recogen la figura de la abuela de la realizadora y del espacio donde vive.
Con su largometraje Baronesa, la brasileña Juliana Antunes ganó con la competencia Largometraje Internacional en el FICValdivia 25°. Su cortometraje Trópico de Capricórnio la trae de vuelta y en un estilo formalmente diferente de aquel filme sobre la adolescencia en las favelas. En este nuevo trabajo reconstruye con imágenes de archivo su propia identidad sexual y a partir de ese registro íntimo cuestiona la construcción normativa impuesta desde distintos frentes en las relaciones sociales y familiares cotidianas.
Selección oficial largometraje
Cinco obras chilenas, todas ellas primer o segundos largometrajes, se suman a la competencia:
El cielo está rojo, documental de Francina Carbonell, reconstruye los detalles del fatídico incendio en la cárcel de San Miguel, en diciembre de 2010, en el que murieron 81 reclusos. La cinta rastrea a través de las pruebas registradas durante el proceso judicial, que finalmente quedó sin culpables, las lógicas y deficiencias de la justicia penal y del sistema carcelario chileno.
La nueva cinta de ficción de Claudia Huaiquimilla, Mis hermanos sueñan despiertos, también se adentra en el sistema penitenciario, pero su observación se detiene en la situación del Sename. La cinta se centra en dos hermanos quienes, después de un año de encierro en uno de los centros de detención, comienzan a urdir un plan para efectuar un motín y aprovechar esa coyuntura para fugarse. La autora, que participó por primera vez en FICValdivia con el cortometraje San Juan, ganó como Mejor Película Chilena en 2016 con Mala junta y triunfó el año pasado, en la categoría Finaliza Post-producción de Cine Chileno del Futuro de Encuentros Australes, con su nuevo filme.
El tercer largometraje que formará parte de la competencia es Travesía travesti, de Nicolás Videla, realizador que ya había estado en FICValdivia con sus largometrajes Naomi Campbel -codirigido con Camila José Donoso- y El diablo es magnífico. Su tercera película profundiza su registro en el marco de la disidencia sexual que es el centro de sus dos obras anteriores, y se centra en el espectáculo de variedades que dos artistas -Maraca Barata y Anastasia María Benavente-, han sacado adelante y de cómo su enemistad y su precarizada existencia ponen en juego su continuidad en medio del Chile postestallido.
En registros distintos, los dos últimos largometrajes seleccionados se entroncan con la observación de un Chile alejado más precario y desamparado. Cada uno tiene su cada uno, primer largo de Alexis Donoso, describe los esfuerzos con que una madre y su hijo intentan cuidar a su abuelo en Rancagua después de que este sufre una crisis cardiaca. Sin embargo, la dificultad del anciano de ajustarse a la vida en la ciudad y su afición al alcohol harán más difícil ese propósito.
En un registro de similar intimidad, Al amparo del cielo, de Diego Acosta, se sitúa en la figura de un arriero trashumante que una vez al año sube a más de mil ovejas hacia el corazón de la Cordillera de los Andes. Acompañado por seis hombres y diez perros, atraviesa bosques, riscos y ríos buscando alimento para su ganado, sin importar el riesgo para su vida que ese esfuerzo implica. Este filme ganó el año pasado la categoría Primer corte en Cine Chileno del Futuro del programa Encuentros Australes.
Selección oficial Cortometraje Infantil Latinoaméricano
FICValdivia también liberó las seis películas que formarán parte de la competencia oficial de Cortometraje Infantil Latinoamericano.
Situada en Montevideo en los 90, Clara de huevo, de las uruguayas Sol Infante y Andrea Treszczan Azar, narran la ilusionada aventura de Clara, una niña que por primera vez será invitada a un cumpleaños y se prepara para ello.
La vertiente, del argentino Carlos Trioni Bellone, que narra la vida de Bernardo, un chico que vive en las montañas con su familia, y cómo su encuentro con una niña pequeña los acercará a descubrir un secreto en el bosque.
En el registro de animación, El árbol ya fue plantado, de la argentina Irene Blei, se construye como una fábula sobre lo mágico que implica plantar un árbol y los efectos en la vida natural que surgen de ahí. También de argentina es Om, realizada por Gabriela Fernández, obra que en tres minutos condensa una serie de experiencias sensoriales.
Las dos cintas chilenas que integran esta sección son Mi papá azul, de Catalina Etcheverry, y La caja de mis memorias, de Camila Ortega Puebla. La primera es un relato que se centra en la difícil relación que una niña tiene con su padre, hasta que una golondrina le cuenta el pasado de su propio padre. La caja de mis memorias cuenta la historia de una niña que deja escapar uno de los recuerdos que guarda en su caja de las memorias, un recuerdo perdido que se relaciona con un antiguo hechizo.