Opinión: La Región y sus Recursos Humanos
La mentalidad centralista asume que las regiones no poseen la suficiente capacidad propia en recursos humanos, que las regiones no cuentan con la suficiente masa crítica para hacerse cargo de las tareas y desafíos de su propio desarrollo. Cierto es, que existe una captura de años, una suerte de subsidio que hacen las regiones a la capital, al llevarse una gran cantidad de valiosos profesionales, pero que felizmente esos nocivos efectos los neutralizamos desarrollando una capacidad académica formadora propia, que permite atraer buenos profesionales y técnicos a vivir a nuestra región.
El tener recurso humano capacitado, comprometido con su región y su trabajo, nos da seguridades de grandes logros de mediano y largo plazo. Hoy tenemos algunos factores de tipo estructural y también político de la administración pública, que afectan una correcta gestión de recursos humanos: en el factor estructural tenemos, a pesar de los 10 años de la creación de la Región, plantas en muchos servicios, todavía, de carácter provincial, lo que nos impide avanzar con la velocidad requerida; el caso más crítico es el de la Dirección de Arquitectura, organismo a cargo de los principales proyectos y estudios con financiamiento FNDR, que a pesar del alto compromiso y calidad técnica de sus funcionarios, no dan abasto para atender la cartera en los tiempos requeridos.
En la misma línea, la mayoría de los municipios tienen serias dificultades financieras y estrechez en sus plantas funcionarias para contar con los mínimos profesionales para atender sus demandas, desarrollar con calidad los proyectos y estudios, produciéndose pérdidas de oportunidades y menoscabo. Se han adoptado medidas paliativas desde la Subdere, a través de Acciones Concurrentes, como también nosotros como CORE hemos focalizado recursos regionales para disponer de profesionales, pero debido a la precariedad de su estabilidad laboral (contratos a honorarios por un año), se produce mucha movilidad, perdiéndose aprendizajes valiosos.
El otro aspecto es político, seguramente el más potente mirado desde la señal pública, ya que tiene que ver con prácticas políticas muy nocivas, que atentan en contra de los climas laborales, del necesario respeto a las carreras funcionarias, que garanticen la meritocracia y la mirada estratégica para el futuro de la región. Las malas prácticas impulsadas, fundamentalmente en los cambios de gobierno, debe terminar para avanzar a una selección del personal trasparente y objetiva.
Una Región que forme buenos equipos de trabajo, que le dé estabilidad y establezca reglas claras de selección de sus funcionarios, permitirá que la conducción política esté centrada siempre en lo principal de sus funciones y que esas tareas sean exitosas.