Opinión: Nueva Educación Pública
Educación Pública de calidad, inclusiva y gratuita, ha sido uno de los objetivos de la Reforma Educacional que ha impulsado el Gobierno de la Presidenta Bachelet, y ayer fuimos participes del inicio de un cambio histórico para Chile, luego de 37 largos años, la Educación Pública vuelve a estar en manos del Estado, dejando atrás la concepción que consideraba la educación como un bien de mercado y que lamentablemente profundizó las desigualdades ya existentes en nuestra sociedad.
Desde el 2014 iniciamos una serie de transformaciones que fueron cimentando el camino a este logro y hoy podemos decir orgullosos que recuperamos la Educación Pública, porque queremos construir un país en donde todos nuestros ciudadanos puedan crecer desde la primera infancia con equidad y desarrollarse en el marco de una sociedad abierta al mundo, que promueva el pensamiento criticó, la reflexión, la investigación científica y tecnológica, la creación artística y el desarrollo de las habilidades y talentos de todos y todas.
Sabemos que hay sostenedores que han realizado esfuerzos por mantener la educación, sin embargo, un importante número de municipios no cuentan con los recursos y capacidades necesarias para asumir un desafío de esta magnitud, por lo que era imperativo que el Estado asumiera este rol y así brindar a todos los habitantes una educación de calidad.
Este proceso de desmunicipalización, que será progresivo, ha sido abordado de forma responsable por el Estado, quien a través del Fondo de Apoyo a la Educación Pública (FAEP) del Mineduc, ha entregado en nuestra región desde el 2014 al 2017 más de 26 mil millones de pesos destinados a sanear financieramente a los sostenedores municipales, dando así respuesta a sus necesidades más apremiantes, tales como realizar pagos de previsionales y descuentos voluntarios, indemnizaciones, mejoramiento y conservación de infraestructura, contratación de servicios de transporte escolar, entre otros a fin de mejorar las condiciones de calidad en escuelas y liceos.
A ello se han sumado acciones para fortalecer la labor pedagógica de escuelas y liceos públicos a fin de garantizar experiencias educativas integrales, lo que se traduce en entrega de materiales educativos para la inclusión al mundo digital, entrega de implementación para el desarrollo de actividades físicas, recreativas y artísticas.
Nuestro compromiso hoy más que nunca está en marcha, y esta ley es fruto del diálogo, el cual ha puesto por delante las necesidades de las actuales generaciones de estudiantes y de sus familias. Seguiremos trabajando por un futuro mejor que permita a cada uno de nuestros hijos, independiente del lugar, origen o condición, integrarse en igualdad de condiciones a la vida regional y nacional, construyendo un país que crece y se desarrolla en equidad.