Opinión: Reforma a los partidos políticos
Tras recibir las propuestas emanadas de la Comisión Engel, nuestra Presidenta Michelle Bachelet asumió una serie de compromisos que serían transformados en 14 medidas administrativas y 21 iniciativas legales, todos las cuales apuntan a recuperar la confianza de la ciudadanía en las instituciones democráticas.
Hoy vemos que ya fueron aplicadas todas las medidas administrativas y sólo resta la firma de cuatro proyectos de ley para ser presentados al Congreso. Respecto a las iniciativas legales firmadas por la Mandataria, la última fue la reforma a la Ley Orgánica de Partidos Políticos, una restructuración legal que no es un mero maquillaje, es una cirugía al corazón de la política partidista.
Consciente de la crisis de representación que viven los 13 partidos políticos reconocidos a la fecha por el Servel, algo que incluso fue corroborado por un informe del PNUD en 2014, nuestra Presidenta generó una reforma que se basa en seis puntos fundamentales y que tienen como eje central el perfeccionamiento de la actividad partidaria, con mayor transparencia y control de las gestiones y decisiones.
Entre lo más destacado de los cambios a la ley está que ahora los partidos políticos tendrán un mayor ámbito de acción, para lo cual serán definidos como asociaciones con personalidad jurídica de derecho público y deberán promover la participación activa de la ciudadanía. En esa línea, la idea es que puedan generar iniciativas de formación política y cívica, realizar cursos, seminarios, y actividades dirigidas a jóvenes de entre 14 y 18 años con el propósito de acercarlos al conocimiento político y al trabajo organizado.
Junto con simplificar el procedimiento de constitución de partidos políticos, otro aspecto relevante que establece el proyecto es la propuesta de integrar más mujeres en los órganos directivos, situación que hasta ahora es mínima y no se condice con el objetivo de avanzar hacia la paridad de género en la actividad política. Además, destaca la eliminación de la prohibición a los partidos de dar órdenes a sus parlamentarios.
En resumen, esta reforma es otra iniciativa más impulsadas por la Presidenta Bachelet tendiente a fortalecer nuestro sistema democrático y el rol sustantivos que cumplen los partidos políticos en el sistema democrático chileno.