Opinión: Salud pública, inconsecuencia parlamentaria
Ad portas de un nuevo período eleccionario una vez más la salud es caballito de batalla; sin embargo lo cierto es que el grueso de nuestros presidenciables y honorables que pretenden desvergonzadamente ser reelectos por un nuevo período, se refieren a ella sólo desde la teoría pues a juzgar por la comprobación empírica de los hechos, no han estado ni estarán en lo más mínimo dispuestos a ser usuarios del sistema público de salud.
Basta sólo revisar medios de prensa para encontrar informaciones que dan cuenta que nuestras autoridades (militantes de diversas colectividades políticas de todo el país) a la hora de requerir asistencia médica, quirúrgica, terapéutica o farmacéutica prefieren de inmediato el sistema privado, dejando a la salud pública en un status de inferioridad relegada al populacho que debe resignarse a listas de espera, instalaciones añosas, precarias e inclusos insalubres.
Ejemplo de lo anterior es que el Senador y ex precandidato presidencial José Manuel Ossandón (Indep.) estuvo internado en marzo 2015 en Clínica Santa María lugar donde también llegó el cuestionado Diputado Ricardo Rincón (DC) en noviembre 2015. Misma situación se observó con el fallecido Presidente Patricio Aylwin (DC) que en diciembre 2015 apostó por los servicios de Clínica Alemana de Santiago; en tanto que el Parlamentario Fidel Espinoza (PS) en Octubre 2016 se inclinó por Clínica Puerto Montt (tomando en cuenta que el distrito que éste representa cuenta con un normalizado hospital público); a su vez el Honorable Ramón Barros (UDI) prefirió en Noviembre 2016 la atención de Clínica Las Condes.
Si nos remitimos a nuestros representantes de la región de Los Ríos es posible apreciar que el actual Vicepresidente de la Cámara Baja Enrique Jaramillo (PPD) fue en Noviembre 2014 usuario de Clínica Alemana Valdivia, entre muchos otros casos.
Reza el viejo adagio: “predicar con el ejemplo” es sensato entonces preguntarse ¿vale la pena seguir creyendo en propuestas de mejora en salud formuladas por aquellos que jamás han estado ni estarán dispuestos a hospitalizarse en una sala común en que el sistema de visitas está limitado a horarios, donde no hay servicio de hotelería 5 estrellas, en el cual los recursos materiales son escasos, en que los baños comunes son reiteradamente objeto de reclamos ante la OIRS por falta de sanitización e insumos básicos tales como jabón líquido o papel higiénico?
Si votamos más de lo mismo es que simplemente validamos el doble discurso y la inconsecuencia parlamentaria.