Opinión: Una Nueva Constitución para todos y todas
El inicio del proceso hacia una Nueva Constitución da cuenta del cumplimiento de un compromiso asumido por la Presidenta Michelle Bachelet en su programa de gobierno, y demuestra la voluntad de avanzar en la construcción de un Chile más democrático para todos y todas.
Un alto porcentaje de chilenos y chilenas está de acuerdo en que Chile necesita una nueva y mejor constitución, una “ley madre” acorde a las necesidades de nuestra época y que recoja la visión de todos los sectores de la sociedad.
La actual Carta Fundamental tuvo su origen en una época oscura de la historia nacional, en un contexto socio-político internacional de guerra fría, sin consagrar derechos que hoy en otras partes del mundo ya son indispensables considerar. Y a pesar de los cambios que le han sido introducidos en los distintos gobiernos democráticos para atenuar su carácter autoritario, no es aceptada como propia por la ciudadanía.
Iniciar un proceso para una Nueva Constitución tiene el claro propósito de definición de una hoja de ruta que nos permita transitar en democracia por las próximas décadas.
Hay sectores minoritarios de nuestra sociedad que quisieran que todo siga tal cual, son temerosos de las transformaciones y les acomoda el actual modelo que protege el sistema constitucional. Pero la sociedad civil pide cambios, observa lo que está pasando en países más desarrollados y quiere mayor protagonismo del Estado en temas esenciales. Y en tal sentido, el gobierno de la Presidenta Bachelet recogió las demandas ciudadanas y se comprometió en llevar a cabo profundas reformas estructurales para sentar las bases de un país más democrático, justo e inclusivo.
La decisión ya está tomada, y todo partió cuando las mayorías apoyaron y siguen apoyando el programa de gobierno presentado al país. La invitación es a ser protagonistas activos de la construcción de una Nueva Constitución fundamentada en un proceso generoso de diálogo, gestada plenamente en democracia, pues Chile se lo merece.