Venezuela: la mala costumbre de censurar a la prensa
Conatel ordenó la salida del aire de El Tiempo Televisión y Todo Noticias
[ad name=»Banner DW»]
«El régimen se desquicia”, titula El Tiempo de Colombia, su editorial este 20 de abril, en el que rechaza la censura a su canal de televisión por cable en Venezuela, por parte de «la dictadura de Maduro”, como lo reseña la cadena Bluradio.
«Esta es una medida indignante. La casa El Tiempo de Colombia rechaza esta inaceptable acción del Gobierno venezolano contra los periodistas y la libertad de expresión”, dice a DW Darío Restrepo, director de El Tiempo Televisión, sacado de parrilla de DirectTV Venezuela, junto con Todo Noticias de Argentina, por la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (Conatel) de Venezuela.
«La brutal represión a las marchas confirma que la dictadura se les vino encima a los venezolanos”, dice El Tiempo y resalta que mientras esto sucedía, los canales de televisión afines al Gobierno transmitían telenovelas y ‘comiquitas’, como llaman los venezolanos a los dibujos animados.
En efecto, mientras El Tiempo Televisión transmitía las protestas, «a favor y en contra del régimen”, los televidentes se quedaron con la pantalla a oscuras.
¿Nueva dimensión de la censura en Venezuela?
«Definitivamente esto es otro paso hacia la represión contra los medios de comunicación y un atentado a libertad de expresión”, dice Restrepo.
Pero así como la libertad de prensa es el oxígeno de las democracias, las dictaduras toleran los medios solo hasta el momento en que la crítica se les convierte en «peligro”. Venezuela no es una excepción. En ese sentido, Darío Restrepo piensa «que este es un nuevo episodio en la escalada de represión” y recuerda que la censura ya había comenzado hace años con el cierre de cientos de emisoras locales y regionales y las manipulaciones monetarias para dejar sin papel a las impresoras. Otra coartada de Caracas que hizo unir a varios medios latinoamericanos, los cuales, liderados por El Tiempo, enviaron a sus colegas venezolanos toneladas de papel.
«Hace años que los medios internacionales están siendo sacados de Venezuela”, dice a DW Hollmann Rodríguez, periodista de la redacción internacional de El Tiempo, y cita los casos de CNN en Español y NTN24, de RCN. Según Rodríguez, «la información en Venezuela se está quedando, poco a poco, en las manos de medios, nacionales o internacionales, afines al régimen, como en el caso de Telesur, el canal ruso RT o el chino CCTV”.
Periodistas de DW TV, el canal público alemán, tampoco se han librado de impedimentos para ejercer su derecho a reportar sobre lo que pasa en Venezuela. Aitor Sáez, quien en enero pasado llegó a Venezuela para informar sobre las manifestaciones, fue interrogado y retenido en el aeropuerto de Caracas para luego ser expulsado a Colombia. Mientras a Eduardo Méndez se le negó una segunda entrada a Venezuela, a pesar de haber recibido el debido permiso, el mismo que Leandro Uría aún espera, con maletas hechas desde el 30 de marzo. El permiso fue solicitado en Berlín y Caracas para «cumplir con el compromiso de informar”.
Alemania apela a la «responsabilidad» de Maduro
La preocupación por la integridad de los venezolanos y el respeto de sus derechos fundamentales también crece en Alemania. El Gobierno de la canciller Angela Merkel ha hecho saber que «condena la violencia como medio del debate político” y recordó que «es la responsabilidad del gobierno venezolano garantizar el derecho a la manifestación pacífica”.
En esa misma tónica, la sección alemana de Reporteros Sin Fronteras (RSF) pidió al gobierno de Venezuela no dificultar la tarea de los periodistas.»Especialmente a la luz de la grave crisis económica y política en Venezuela la información independiente es más importante que nunca», dijo Christian Mihr, director de RSF en Berlín.
En la Venezuela del socialismo del Siglo XXI los periodistas son impedidos, atacados robados, metidos a la cárcel, acallados o deportados. En el ranking anual de la libertad de prensa de Reporteros Sin Fronteras, Venezuela ocupa el puesto 139 de 180 países, por lo que el régimen venezolano de Maduro figura entre los peores enemigos de la libertad de prensa en todo el mundo.
Por último, El Tiempo concluye que «cuando una sociedad ve que su democracia se desquicia, los primeros afectados son los medios de comunicación porque la libertad de expresión es quizá el emblema de las libertades».