Viña 2013 revivirá las míticas tardes de fervor popular en las afueras del hotel
Tal como ocurría en tiempos del Hotel O’Higgins, el Sheraton contará con zonas especiales para que los fanáticos saluden a sus artistas. Todo como parte del plan mayor de la organización: Que el público sea el absoluto protagonista de la fiesta.
A casi un mes de su inicio, la edición 2013 del Festival de Viña del Mar se trabaja a toda máquina en CHV y con varias premisas a cuestas. Sin embargo, la principal es clara: Esta vez el protagonista de la fiesta será el público, y no sólo durante las cerca de seis horas que dure cada noche, sino también el resto del día.
Por esto, ya se tomó una decisión clave al respecto: Revivir las jornadas de delirio y fanatismo que hasta 2006 se vivieron en el Hotel O’Higgins, pero ahora en el Sheraton Miramar.
El recinto, sede del evento desde 2007, hasta ahora ha mostrado sólo destellos de esa tradición festivalera, en parte por su posición algo más aislada en el mapa viñamarino, pero también por una disposición de seguridad que sólo ha dejado una mínima franja para la presencia del público.
En febrero próximo, sin embargo, la situación cambiará: Según adelantaron los organizadores del certamen, esta vez se habilitará una zona especial para que los fanáticos esperen masivamente a sus ídolos, a quienes se pedirá que arriben de frente a sus seguidores, por el frontis del hotel, y no por entradas secundarias.
La medida se suma a otra que previamente se había anunciado: La instalación de cuatro cámaras apuntando directamente a la galería durante los shows, con el fin de seguir en detalle las reacciones que vaya teniendo el «Monstruo».
Todo en la lógica de dar mayor protagonismo al público, algo a lo que contribuirán tanto artistas como animadores. Los primeros, sin poner restricciones más allá de las habituales, relativas al espectáculo contratado. Sólo Romeo Santos solicitó expresamente no ser interrumpido, y relegar la entrega de trofeos para el momento final de su presentación.
Rafael Araneda y Eva Gómez, en tanto, reforzarán su vínculo con el público, pese a que reducirán sus intervenciones. Según cálculos de CHV, en 2012 el tiempo usado por los animadores sobre el escenario sumó 160 minutos en las seis noches, por lo que ahora se espera que esa cifra se reduzca a cerca de la mitad.
Con los premios, además, se buscará evitar que se entreguen en paquete, para volver a privilegiar el veredicto popular: Si los fanáticos de un artista vitorean al mismo, pero no pronuncian las palabras «antorcha» o «gaviota», entonces no se entregaría nada. Así de simple.
Fuente: Emol.com